RESUMEN
En el presente ensayo se aborda la chilenidad desde una perspectiva etnográfica realizada a diversos personajes anónimos que pueblan nuestro país, como ciudadanos representativos de la diversa mezcla socio-cultural existente y que conforman y caracterizan el Chile actual.
El tema que nos ocupa se relaciona con la definición de varios conceptos relacionados entre sí, cultura, chilenidad e identidad. El concepto de chilenidad trasciende lo ritual y emocional o aquel estado de paroxismo que nos invade y sobrecoge al oír nuestro himno patrio en tierras extranjeras. Se relaciona con la forma de concebir y conquistar un espacio en el concierto de los sueños, valores y realidades.
Indudablemente nos unen cuestiones relacionadas con las constantes y vertiginosas reformas, reestructuras y proyectos con el objetivo de encontrar un punto de equilibrio entre lo que anhelamos ser como personajes emuladores de mundos foráneos y lo que en verdad somos como habitantes de un país llamado Chile.
Aparecen conceptos pertenecientes al campo de la retórica como expresiones y frases idiomáticas que constituyen la estructura orgánica de un pueblo y que en definitiva designan el elemento identitario nacional.
PALABRAS CLAVES:
identidad – chilenidad – personaje - cultura - reformas.
ABSTRACT
In this essay the term “chilenidad” (Being Chilean), is approached from an ethnographic perspective carried out among different anonymous characters who live in our country as representative citizens of the plenty sociocultural diversity who give shape and characterize Chile nowadays.
The topic that has been carried out by us deals with the definition of several concepts which are related between them, culture “Chilenidad” (Being chilean), and identity.
The concept “Chilenidad” (Being chilean) goes beyond the ritual and emotional state of paroxysm that invades and frightens us when we hear our native anthem in foreign places. It is related to the way of conceiving and conquering a space in the world of dreams, values, and realities.
Undoubtedly, we are joined to unchanging and dizzy reforms, restructures and projects in order to find a point of balance between what we hope to be as emulators characters of foreing worlds, and what we really are: amorphos inhabitants of a country named Chile.
Therefore, these concepts which belong to the rhetoric field appear like expressions and idiomatic phrases that establish the organic structure of the people, and that definitively design the national identity element.
Key words
identity - “chilenidad” (Being Chilean) – character - culture - reforms.
INTRODUCCIÓN
El tema que nos ocupa se relaciona con la definición de varios conceptos relacionados entre sí, cultura, chilenidad e identidad. El concepto de chilenidad trasciende lo ritual y emocional o aquel estado de paroxismo que nos invade y sobrecoge al oír nuestro himno patrio en tierras extranjeras.
El presente ensayo se aleja de consultas y citas bibliográficas, básicamente porque mi intención es entrevistar y recopilar historias de diversos personajes penquistas, que por su desempeño o que hacer laboral, profesional u oficio tienen una relación estrecha y directa con la chilenidad, en una visión simplista o profunda, pero alejada de cátedras y convencionalismos enciclopédicos.
Mis primeros entrevistados, recopiladores, compiladores, de las tradiciones y cultura Chilena, pertenecen al Centro Cultural Curarrehue.
Mi segundo entrevistado, es un publicista, payador y poeta de la República. Quizás una inimaginable Diosa lo arrojó al Bío Bío.
El tercer entrevistado es un instaurador de la fiesta de año nuevo Mapuche denominada Wetripantu. Se auto-denomina mapuche urbano y es una especie de hechicero-curador-sanador de males meta físicos, es además historiador y escritor.
El cuarto etnografiado es un embaucador, seductor, estafador residente en la Cárcel “El Manzano” de Concepción. Se hacía pasar por abogado hasta que fue puesto a dormir a la sombra.
Finalmente, entrevisto a un poeta y escritor, conocido como “El Canela.” En él confluyen miles de elementos mágicos, cosmogónicos, esotéricos, terrenales y divinos, es un ser que trasciende lo cotidiano.
TRICOLOREANDO
Los septiembres de nuestra vida son inmemoriales, ya que las calles se visten con banderas izadas flameando erguidas, las galerías y centros comerciales y los mall lucen multicolores banderas nacionales y el ambiente exuda chilenidad, la música es invasiva, porque intenta decirnos con su particular acento que está de fiesta.
Si hacemos un análisis más amplio podemos señalar que en nuestro país se ha instaurado el “mes” de cada hecho histórico, así, por ejemplo,” mes de la patria,” “mes del mar” y se intenta rescatar e incluso revivir en los distintos ámbitos educacionales, institucionales y en el colectivo e ideario nacional que aquellas fechas unen indisoluble y subliminalmente y nos conducen a la chilenidad.
Los estadios llenos de banderas blancas y negras danzando estrepitosamente, ahogadas por el clamor de miles de colocolinos, cuyo lema es omniabarcante y globalizador dado que se presume que ser de dicho equipo es sinónimo de ser chileno, mapuche, del pueblo, un paria deportivo. No obstante, ésta es una mera ilusión, ya que quienes manejan Colo Colo, son los poderosos de nuestro país. Se produce una romántica ambigüedad, un auto engaño del hincha poblacional que cada vez que salta en un tablón entonando el himno de su equipo se siente invocando a un toqui aguerrido y potente.
En definitiva, el fútbol representa el anonimato que tanto gusta al chileno, el poder de las masas, cada individuo escondido en el grupo se siente importante y se proyecta en sus ídolos, esto explica la falta de identidad nacional.
Si hacemos un ejercicio y nos adentramos en un proceso de racconto y vislumbramos al guerrillero Leftraro, ser altivo, veloz como un pájaro cruzando las fronteras, su puño alzado al viento desafiando los huracanes de la época o si hablamos de Caupolicán, Galvarino y tantos otros aguerridos compatriotas que danzaron frenéticamente al ritmo de tambores, lanzas, arcos, flechas entre la espesa hierba luchando tenaz y ferozmente contra el invasor en defensa de lo que geográficamente les pertenecía. Si en este mismo ejercicio invocamos a Manuel Rodríguez y sus múltiples personalidades combatiendo al tirano de entonces, nos encontramos con historias de personajes que constituyen un legado de patriotismo, chilenidad, arraigo, identidad, pertenencia y cultura.
Partiendo de la base que al instalarse nuestro estado nación sin participación del pueblo y sin un proceso orgánico constitucional, necesariamente se produce una fragmentación, una escisión entre quienes tienen la capacidad de elegir o tomar prestados los modelos y paradigmas foráneos con el objeto de instaurarlo en Chile y hacerlos funcionar insertos en nuestra idiosincrasia, cultura y particular forma de concebir el mundo.
Sin duda, la oligarquía presente en nuestro país se compone de un reducido y selecto grupo de personas, incapaces de construir un modelo propio acorde con nuestras necesidades antropológicas, culturales, sociológicas, ancestrales e históricas, sino que en un acto de admiración europocéntrica miran hacia el viejo continente, copiando los modelos de la Ilustración francesa, el modelo económico británico, el positivismo de Augusto Comte.
Se construye una abstracción, un asunto estructural apátrida y genérica en medio de un continente distante al espíritu de los revolucionarios Franceses.
Al no existir la participación del pueblo y al carecer de un proceso orgánico constitucional fundado en las necesidades y requerimientos ciudadanos, indudablemente estamos en presencia de una sociedad, identidad y cultura fragmentada y amorfa.
Lo anterior explica las inequidades, brechas, intolerancia étnica y racial y la distancia abisal que separa, fragmenta y divide Chile.
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