Queridos Amigos: aca va un ensayo acerca de la culpa....
INSTALACIÓN DEL ELEMENTO CULPA
Por mi culpa, por mi culpa por mi mismísima culpa.
Esta trilogía parece ser una sacra oración que se repite como un eco en la consciencia de los cristianos.
Es que el tema de la culpa es potente, ya que data de hace dos milenios.
Indudablemente la culpa se asocia a un hecho pretérito. Fue introducida desde la génesis conjuntamente con el denominado pecado original.
Aquellos primeros habitantes desafiaron el mandato divino y desobedecieron.
Dios los responsabiliza del acto de insurrección y dicta una sentencia condenatoria que trascendería las generaciones. Es un acto testamentario decretado por Dios, se nos instituye herederos. Se nos designa descendientes. No se puede renunciar a la herencia.
El tema es complejo, porque para adquirir la calidad de heredero, necesariamente debe haber fallecido quien otorgó el testamento y en éste caso, no es Adán el testador ni causante, sino Dios.
Adán se nos presenta como un ser pusilánime y manipulable que acata las seductoras sugerencias de su mujer ávida de poder ya que pretendía ser una diosa. Es impensable que Adán hubiese pronunciado frase alguna ante la presencia e ira de Dios, menos aún se atrevería a instituir herederos a los futuros y desconocidos seres que serían sus descendientes.
Escuchó oculto y humillado la sentencia en su contra y en contra de su prole y de las proles que parirían hijos deudores y carentes de la gracia divina, dos mil años después. Recién en ese instante se descubre desnudo.
DIOS Y dioses
Nótese la diferencia semántica, epistemológica y axiológica entre Dios y dioses, no sólo por su dignidad, investidura, rango sino por lo que cada uno representa para si mismo y para la humanidad toda, Dios es omniabarcante e inigualable, auto creado, o cuyo origen está vedado y es imposible al entendimiento humano, es lo que se nos ha enseñado, en cambio los dioses son múltiples y representativos de virtudes, dones, defectos, sueños o ilusiones. Son atribuibles e identitarios. Son poseíbles.
Dios es un ser omnipotente, atemporal sin principio ni fin .Al menos eso se nos ha enseñado. Entonces haciendo un ejercicio puramente imaginario, si Adán no es el causante, ¿porque heredamos la culpa o responsabilidad del acto de insurrección cometido por aquellos primeros seres? Si Dios nos instituye herederos del pecado original necesariamente para adquirir tal calidad debe convertirse en causante. Si Dios es inmortal, ¿significa que no somos herederos de ningún pecado, ni vicio originario?
Nietszche declaró la muerte de Dios, en una inolvidable frase ”Got ist Tot”.Existen mil interpretaciones religiosas, filosóficas y teológicas respecto de esta declaración que en un momento de la historia puso en la antípoda al mundo cristiano. Mujeres y hombres temblaban de indignación, blasfemaban, maldecían y enviaban mensajes pesimistas al autor de ella. Otros deliraban y se abría ante ellos un espacio de discusión y claridad. Se trizaban los cimientos de piedra que instaurara e inaugurara Pedro.
MEMORIZACIÓN: acto inolvidable
Se instala en aquellos primitivos seres responsables de la insubordinación un mecanismo, una función sináptica encargada de registrar los eventos experimentados, entonces la memoria jugará un rol esencial tendiente a recordar la sentencia condenatoria dictada por Dios. Actuará como un asunto de conscienciación. Del estado de paz y bienestar en que se encontraban pasan adquirir estados de sufrimiento, humillación e incertidumbre.
Son condenados a vagar en el desierto y la mujer, ser instigador y seductora como una serpiente que repta y zigzaguea es pre-destinada a parir con dolor.
Significa que todos sin discriminación de ninguna especie nos convertimos al nacer en co-deudores solidarios de Adán. Adquirimos una deuda. Se trata de una deuda eterna e impagable.
La capacidad de olvido, señala Nietzsche, es una fuerza activa y no meramente pasiva. Es una forma de la salud vigorosa. No obstante, en ocasiones, es necesario recordar:
¿Cómo se crea esa memoria? (es difícil) sólo puede hacerse causando daño:
“Para que algo permanezca en la memoria se lo graba a fuego; sólo lo que no cesa de doler permanece en la memoria”
JESUCRISTO COMO SER EXPIADOR Y REDENTOR DE CULPAS
Dios en un acto de conmiseración decide interceder por la humanidad y sacrifica a su hijo unigénito. Se apiada de los denominados herederos y co-deudores solidarios, no obstante se muestra inflexible frente al dolor de un ser enviado como redentor de las masas inertes e inconscientes.
Debo señalar y reconocer que Jesucristo es un hombre que trasciende las categorizaciones y estereotipos porque su supra mente es sublime, el sermón de la montaña es un acto poético incomparable emanado de su pureza y rebeldía, es un ser cuyas metáforas brotan de sus ojos cristalinos.
Poseía la facultad de reprender al insolente viento y hacerlo callar en su ímpetu de mecer corales.
Jesucristo sufre estados de paroxismo, delira, se contrae y la multitud pecadora e impávida asiste morbosamente a un acontecimiento que marcará una nueva era de dolor. Nuevamente adquirimos la calidad de deudores ya que debemos no solo el cuerpo y sangre de Jesucristo, sino su sufrimiento. Decretados culpables de aquella acción horrorosa y cruenta llevada a cabo por los descendientes de los primeros seres y que sin duda son nuestros parientes colaterales sin grado.
EVANGELIZANDO INSTITUCIONALMENTE
No existe un tribunal de alzada donde se pueda apelar y la sentencia condenatoria que rige para la humanidad toda es irrevocable.
Aparece una institución apátrida, sin estado ni nación, que posee una sede central. Esta entidad es denominada Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
Se trata sin duda de un ente que desde su creación se auto proclamó representante de Dios para los asuntos terrenales, encargada de proteger el alma de los desposeídos de la gracia divina, de los carentes de fe y administradora universal de los sacramentos.
Se arroga la misión de transmitir, propagar, difundir, impartir y adoctrinar a los denominados “fieles”.
Se cimienta estructuralmente en una piedra, en mil piedras que conforman su jerarquía piramidal.
Cognitivamente hablando la transposición didáctica que realizan los sacerdotes-maestros se basa tanto en las Sagradas Escrituras como en la Sagrada Tradición Apostólica.
Entonces en las prédicas, evangelizaciones, sermones, eucaristías, encíclicas deben reforzar en el ideario de los cristianizados el concepto de culpa, del pecado original, del sacrificio de Jesucristo.
jueves, noviembre 15, 2007
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